Un óptimo espacio de trabajo se consigue con la integración de la persona en una mesa que cumpla con las necesidades específicas de las operaciones que se tengan que llevar a cabo e incluya todos los elementos necesarios para la ordenación, clasificación y manipulación de los materiales que intervienen en el proceso de embalaje y empaquetado.
Para que exista la integración de las personas es necesario atender a la ergonomía y los beneficios que nos ofrece. Es bastante habitual utilizar un tablero y cuatro patas para realizar los trabajos de empaquetado, pensando que estas tareas son menos importantes o requieren de menor atención. O a veces también se cae en el error de comprar mesas excesivamente robustas, como las que habitualmente son necesarias en los talleres mecánicos, pensando que serán más resistentes y duraderas pero con una menor atención a la integración de la persona y la ergonomía. Estas prácticas normalmente acaban dando malos resultados, son ineficaces y reducen la productividad e incrementan los costes.
Una mesa de almacén, empaquetado o como también se conocen de “packing o packaging” tiene que ser fácilmente configurable, adaptarse al trabajo y no al revés. Las mesas de empaquetado deben incluir elementos modulares que permitan crear un puesto de trabajo a medida con elementos estándar, siguiendo los principios de organización “lean” y buscando la mejora de la productividad en un entorno de trabajo seguro y eficiente.
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